En búsqueda de la medalla de oro… pero al invertir
En cuestión de segundos, un atleta olímpico puede experimentar la
victoria más anhelada o un trago amargo al saberse superado ante los
ojos del mundo entero. Como todo, un ligero porcentaje de ganar se puede
atribuir al azar, pero en su mayoría, el triunfo depende de constancia a
lo largo de varios años; y en el ámbito de las inversiones, es
precisamente la capacidad de ser constante en el largo plazo lo que
forma parte fundamental del éxito.
Tras los pasados juegos olímpicos en París y los juegos paralímpicos que
acaban de empezar, podemos pensar en muchas de las características que
hemos visto en las disciplinas al momento de invertir, como la
preparación, visión y resiliencia que muestran los atletas que buscaban
ganar cada competencia.
Para que un deportista olímpico asegure una victoria en cuestión de
segundos como lo vimos en las olimpiadas de París (y continuaremos
viendo en los Juegos Paralímpicos), son necesarios años de preparación
física y mental de la mano de un entrenador. De igual forma, alcanzar
una meta de inversión tiene detrás el acompañamiento a lo largo de los
años de un asesor financiero.
Además del compromiso a largo plazo y la guía de un coach, un
inversionista de alto rendimiento comparte con un atleta olímpico la
mentalidad de crecimiento. Cada paso va enfocado en alcanzar mejores
resultados y aunque estos pueden no lograrse fácilmente, la
perseverancia los hace buscar una mejora continua, los hace más
estratégicos.
En esta trayectoria que ambos perfiles emprenden, el enfoque y la
disciplina también son elementos clave, pues estos valores son los que
los blindan ante episodios que puedan salir de su control y alejarlos
del camino de ganancias o victorias, según sea el caso.
Un aspecto más que resulta comparable es la gestión del riesgo, algo que
tanto atletas como inversionistas necesitan hacer constantemente, claro,
de la mano de su coach o asesor. Cada competencia o estrategia de
inversión demanda poner en una balanza las oportunidades de tener éxito
o de perder, así como el impacto que cada acción puede tener en el
objetivo a largo plazo.
Finalmente, la resiliencia es una cualidad fundamental para quienes
compiten a nivel olímpico como para quienes invierten. Se trata de la
capacidad de recuperarse ante los episodios adversos y de aprender de
las equivocaciones, sabiendo retomar el paso hacia las metas más
ambiciosas.
Para conseguir el oro olímpico o en las inversiones, se requiere un
objetivo claro. Siempre hay un motivo para que las personas sigan
persiguiendo su objetivo. Para los atletas puede ser llenar de orgullo a
su nación y posicionarse como los mejores del mundo, pero para un
inversionista la motivación puede verse como la oportunidad de comprar
una propiedad, de contar con libertad financiera o de emprender; al
final esta visualización es lo que allanará el camino para llegar a
donde se desea.
Hay mucho que aprender de quienes compitieron o compiten todavía en
París. Además de maravillarnos con su destreza física, su coraje y
determinación pueden inspirarnos a alcanzar nuestros objetivos, incluso
en el terreno financiero.
Acerca de GBM
GBM Casa de Bolsa es la institución financiera líder en el sector de
inversiones, con más de 37 años de sólida experiencia en el mercado.
Actualmente, da servicio a alrededor de 8 millones de cuentas de
inversión, con el enfoque de hacer de México, un país de inversionistas.
La empresa atiende a clientes institucionales, personas físicas y
asesores financieros con una gama de productos diferenciados. En la
última década, GBM también ha invertido en soluciones digitales y
alianzas que permiten democratizar el potencial de invertir para todos
los mexicanos.
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